A veces, cuando estamos de compras y queremos entrar a una tienda, sus puertas se abren mágicamente permitiéndonos acceder a ellas, algo que se ha vuelto muy común pero tiene que ver con la tecnología que nos puede traer muchos beneficios. no hay magia en ello, sin duda es un sensor de movimiento, que en realidad activa el mecanismo. Detecta la presencia de un elemento en movimiento intercediendo en su campo de visión y reacciona ofreciendo una orden que desliza la puerta de cristal para permitirnos entrar en la tienda. Del mismo modo, un sensor de movimiento se utiliza en muchos otros ámbitos para percibir, por ejemplo, cambios en el acceso a circuitos cerrados de televisión, así como en la detección de alarmas de seguridad, caso que hoy nos ocupa.
Detectores de movimiento y sistemas de seguridad.Pero entonces, ¿cómo funcionan realmente estos sensores? El detector de movimiento es un tipo de detector de presencia que se puede encontrar en numerosos sistemas eléctricos destinados a la domótica, así como en sistemas de seguridad. Se encarga de mantener bajo observación una zona de vigilancia que, al identificar y modificar un movimiento, ofrece una respuesta específica previamente programada, ya sea desencadenando un movimiento, activando un dispositivo o incluso alertando a un vigilante de seguridad.
En el caso de las alarmas residenciales, el detector de movimiento es uno de los principales impulsores del sistema, ya que se encarga de garantizar la protección de grandes áreas con acceso no controlado por otros detectores con sensores de detección de contacto o detonación.
Tipos de detectores de movimiento.Con el avance de la tecnología, estos detectores han mejorado su desarrollo, lo que ahora los hace más pequeños y dotados de una sensibilidad más controlable que se traduce en una importante reducción de falsas alertas provocadas, por ejemplo, por mascotas.
Podemos encontrar distintos tipos de detectores de movimiento en función de la tecnología que utilicen para la detección, pero diferenciaremos dos principalmente en cuanto a su emisión y/o recepción de energía.
Detectores de movimiento pasivos Son los detectores más utilizados en alarmas residenciales o comerciales. Se denominan pasivos o PIR (según sus siglas en inglés “passive infrarrojo sensor”) porque no utilizan ningún tipo de energía emitida para su funcionamiento, sino que reciben radiación infrarroja para detectar variaciones de energía en el espacio. Es cuando se considera un cambio repentino en el movimiento o el calor que se activan y desencadenan otras acciones. Cualquier ser vivo emite energía infrarroja a partir de su calor, pero sobre todo de humanos y animales, estará entre 9 y 10 micrómetros, y los detectores pasivos de movimiento reconocen cualquier fuente que esté entre 8 y 12 micrómetros. Por lo tanto, al detectar variaciones rápidas o grandes en la distribución de la energía infrarroja emitida, el sensor activa la alarma.
Los sistemas de alarma de Sector Alarm cuentan con detectores de movimiento por infrarrojos pasivos de última generación, lo que aumenta la confiabilidad en la detección de intrusos y previene falsas alarmas.
Sensor de movimiento activo El sensor de movimiento activo emite energía, de ahí su nombre. Funciona enviando ondas ultrasónicas y un detector Doppler para medir su recepción. Dichas ondas constituirán un patrón de referencia para el dispositivo, de forma que al emitir una determinada señal y recibir otra diferente, el sistema detecta una irregularidad y dispara la alarma, ejecutando la orden para la que está programada su respuesta.
Podemos encontrar varios tipos de sensores activos como
- sensor de movimiento de microondas
- sensor de movimiento de vibración
- sensor de movimiento ultrasónico
- sensor de movimiento reflexivo
- Además de todo esto, podemos encontrar tecnología dual, que combina el funcionamiento de ambos tipos de receptores.
Aunque por lo general son sensores que se utilizan en diferentes entornos, no suelen instalarse en viviendas y comercios, ya que ofrecen un mayor número de falsas alarmas y por tanto en ocasiones generan más molestias que beneficios para los propietarios.
Por último, también distinguiremos otro tipo de sensor muy utilizado en domótica y no en seguridad. Son sensores crepusculares o sensores de luz, que detectan un exceso o defecto en la iluminación de un espacio.
Como hemos visto, un sensor de movimiento puede tener usos muy diferentes y todos ellos son de gran beneficio para nosotros. En domótica pueden optimizar la iluminación o ayudar a detectar la mejor forma de trabajar con aire acondicionado o ventilación, y en seguridad podemos utilizarlos tanto para proteger nuestra vivienda o negocio como también en algunos casos para prevenir accidentes al impedir que algunos individuos accedan a lugares peligrosos. espacios. Todo un logro que pone la tecnología al servicio de nuestro bienestar.