Desde el primer momento en que el concepto ronda en la cabeza del futuro directivo, surgen una serie de complicaciones a superar de diferentes formas: reiterados sacrificios económicos, gran perseverancia en la realización de la idea y mucha paciencia para su puesta en marcha y desarrollo. En definitiva, un compromiso fuerte que, además, debe ser persistente para que poco a poco dé sus frutos. Y es precisamente entonces, cuando estamos a pleno rendimiento, cuando nos damos cuenta de que no podemos dejar que un pequeño error o un hecho desafortunado fuera de nuestro control ponga en peligro el éxito de nuestra aventura empresarial. Contar con un sistema de alarma para evitar problemas mayores como un incendio inesperado o el robo de parte de nuestra mercancía es algo que, sin duda, se convierte en una prioridad para el pequeño empresario.
Un sistema de alarma personalizado para cada negocio.
Pero cada negocio es diferente y, por tanto, en cada circunstancia necesitaremos incorporar distintos dispositivos para adaptar la protección a la particularidad de cada entorno. De esta forma, un restaurante no necesitará la misma protección que una pequeña tienda de moda y textil, o una perfumería, por ejemplo. Hoy queremos explicar cómo los diferentes dispositivos de un sistema de alarma pueden ayudar a proteger a diferentes tipos de personas de diferentes peligros.
1. Robo o Intrusión, en tiendas con mucha mercancía (textil, moda, regalos…)
Para empresas donde existen grandes espacios comerciales con gran volumen de mercancías, donde es más probable que se produzcan hurtos y hurtos, así como intrusiones, es adecuado un conjunto de dispositivos diseñados para detectar movimiento y acceso no autorizado en el espacio. Entre los dispositivos más adecuados encontraremos principalmente detectores de movimiento, tengan cámara o no, reaccionarán ante cualquier movimiento dentro del área cubierta. Los dispositivos con cámaras, al activarse, toman varias fotografías y las envían a la central receptora de alarmas para que verifique el origen de la intrusión.
Pero además de los sensores de movimiento, podemos complementar esta protección en diferentes casos: En tiendas con productos de alto valor donde queramos una mayor disuasión, también podemos tener una sirena interna, que dispare a los intrusos para que escapen rápidamente. En el caso de empresas ubicadas en zonas muy aisladas o de gran extensión, podemos optar por una sirena exterior, para que, a través de su potente sonido y su luz de relámpago, proyecte el sonido con mayor fuerza y así se perciba a distancia, siendo capaz de hacer sonar la alarma y ahuyentar a los intrusos con mayor eficacia. Especialmente adecuados para negocios con una variedad de escaparates a través de los cuales se puede acceder al negocio, son los detectores de rotura de cristales. Y si estas vitrinas son de gran tamaño y susceptibles de ser dañadas por técnicas como el alunizaje, podemos predecirlo mediante dispositivos como el detector de detonaciones, a lo que se suma el número de aperturas cuando hay varias puertas y/o ventanas de acceso a comercio. .
2. Caída de voltaje, en alimentos o alimentos refrigerados.
En el caso de algunas empresas donde sus productos son perecederos y deben ser mantenidos estrictamente a determinadas temperaturas, un simple corte de luz de unas horas, por ejemplo, podría suponer un gran problema y poner en peligro su conservación.
Por ello, para negocios donde los productos son mayoritariamente frescos, lo ideal es disponer de un detector de temperatura, en cuyo caso es fundamental garantizar la refrigeración, y que, en caso de un corte prolongado del suministro eléctrico, podamos evitar perder nuestra producción y por lo que tendrá un gran problema de abastecimiento en los próximos días de apertura. En estos casos, el detector de temperatura nos alertará de cualquier alteración, pudiendo tomar medidas ante este tipo de contratiempos provocados por una caída de tensión, imperceptible de otro modo.
3. Fuego o humo para hoteles y restaurantes.
En hoteles y restaurantes, y especialmente en aquellos que disponen de zona de cocina, el riesgo de humo o incendio es mucho mayor. En estos casos, contar con un sensor de movimiento además de un detector de humo es una prioridad ya que ayuda a detectar de manera eficiente el origen de un incendio. El detector de humo, con conexión 24 horas a la central receptora de alarmas, se activa en cuanto detecta una mínima cantidad de partículas de humo en el aire. Éste transmite la alarma a la Central Receptora de Alarmas y, a su vez, provoca que se tomen fotografías en la cámara con un sensor de movimiento para poder observar el origen del disparo.
4. Inundaciones en establecimientos con productos eléctricos o tecnológicos.
Una de las situaciones más temidas por ciertos negocios es una posible inundación. En determinados contextos, sin duda, puede haber un mayor riesgo de inundación que en otros, como en núcleos urbanos con saneamiento antiguo o zonas con subidas recurrentes del nivel del agua, pero además, también hay algunas empresas cuyos productos son especialmente sensibles a las inundaciones, húmedo o agua.
Este es el caso de los productos tecnológicos o electrónicos, que deben mantenerse aislados de los mismos. En este caso es especialmente necesario un detector de agua, ya que nos ayudará a detectar fugas de agua así como cambios de temperatura en una fase temprana.