Ya sabemos que estos meses de invierno son los de menor temperatura y los que acumulan más precipitaciones del año. Es lo que solemos llamar la temporada del “sofá y la manta” y en la que solemos pasar más tiempo en casa. Y, por supuesto, con el paso de los días, como no, el consumo energético derivado de la calefacción se dispara. Aunque no solo se multiplica el gasto, sino también las posibilidades de que se produzcan determinados accidentes por el uso de braseros, estufas, chimeneas o incluso velas.
La previsión es extremadamente importante.
Como ya hemos visto en uno de nuestros posts anteriores, existen varios riesgos ocultos relacionados con un posible incendio que pueden y deben evitarse para intentar afrontarlo nunca.
En este sentido, atenderemos tanto las revisiones rutinarias de los aparatos electrónicos que estén conectados a la red eléctrica como la revisión de limpieza de chimeneas. También prevemos situaciones de alta peligrosidad relacionadas con el inicio de un incendio, evitando así dejar elementos encendidos como velas, brasas en las barbacoas, así como nunca mantener los tejidos permanentemente en contacto con las estufas encendidas.
Por otro lado, es importante estar atento a los elementos que pueden suponer un mayor peligro, como los radiadores halógenos o los braseros, que tienen superficies incandescentes y acumulan mucho calor durante largas horas, además de poder producir chispas y encender las superficies cercanas, provocando llamas.
Detección, un paso más.
Además de las iniciativas que podemos llevar a cabo para prevenir un posible incendio, también podemos anticiparnos a su detección, es decir, disponer de un sistema de alarma monitorizado con el que podemos comprobar cuando se producen cambios bruscos de temperatura o detectar la existencia de humo. para que pueda ser alertado en caso de incendio.
Para ello, la mejor opción será un sistema de alarma que incluya ambos tipos de dispositivos, detectores de temperatura y humo, y que esté conectado a una Central Receptora de Alarmas conectada las 24 horas del día, como son los Sistemas Sectoriales de Alarma.
Si quieres conocerlo con más detalle, en publicaciones anteriores hemos hablado del peligro que puede desencadenar la presencia de humo en la vivienda, así como del funcionamiento de los detectores de humo del sistema y la forma en que funciona el Receptor de Alarma. La centralita actúa cuando una alarma dispara una alarma ante un posible incendio.
Así que, cuanto más frío hace, más podemos decir como dice el refrán: más vale prevenir (aunque añadimos “y detectar”) que curar.